By Tasio Ayensa, 89 Spain

“España es el problema, Europa la solución”. Bajo este lema se reunió a principios del siglo pasado un grupo de jóvenes intelectuales españoles, preocupados por el devenir de su patria y conscientes de las funestas consecuencias del cercano Desastre del 98 en la política exterior e interior española.

Este grupo, que contó entre sus filas con figuras de la talla de José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón o Ramón Pérez de Ayala creía firmemente en la importancia de la realidad europea de cara a solucionar los problemas que afrontaba España. La Generación del 14 comenzó un debate en nuestro país que sentó las bases para la creación de una de las culturas políticas más europeístas del continente un siglo después, el reconocimiento político transversal de los beneficios de pertenecer a una comunidad europea y la desaparición de prejuicios para con nuestros vecinos.

Aunque sus integrantes no pudieron presenciar la entrada oficial de España en la Comunidad Europea y la importante modernización que permitió a nuestro país equipararse a sus vecinos tras la salida de una oscura dictadura, su legado sigue presente hoy en día. Puede que nosotros, los jóvenes españoles interesados en nuestro futuro y el de nuestro continente, percibamos la Unión Europea como un hecho que, invariablemente, ha acompañado a la realidad política de nuestro país. Como una realidad ajena y lejana, a veces inaccesible, otras inabarcable. Como, incluso, un mecanismo del que se sirven las élites de países más prósperos económicamente para imponernos las medidas más ventajosas para sus realidades. Nada más lejos de la realidad.

La Unión Europea es nuestro legado y nuestro futuro. Las generaciones jóvenes de hoy somos los herederos de una larga y costosa transformación política que ha permitido un proceso de integración y de paz sin precedentes en Europa, que ha sentado las bases para la implantación homogénea de políticas no solo económicas, sino también postmaterialistas, tan necesarias y tan, a menudo, postergadas. Una transformación que aún hoy afronta nuevos retos, como reforzar los mecanismos democráticos que nos permitan a los ciudadanos sentirnos parte y actor de la Unión. Una verdadera democratización interna que pueda servir de ejemplo para el resto del planeta.

Desde la Iniciativa de la Generación del 89 buscamos aunar las voces de todos aquellos jóvenes preocupados por el futuro de Europa, estudiantes universitarios o trabajadores, con el objetivo de participar y dejar una impronta en aquello que constituye nuestra herencia política más preciada. Con una implantación transnacional, aspiramos a poner de relieve todas las voces de los jóvenes de los diferentes Estados miembros de la Unión, para contribuir a la adaptación de Europa a nuestro tiempo.

España no es el problema, sino parte de una realidad compleja, órgano imprescindible del mecanismo que nos permitirá dejar una positiva impronta en el mundo. Como tal, desde los integrantes del Capítulo español de la Iniciativa 89 hacemos un llamamiento a todos aquellos jóvenes españoles que quieran participar en el futuro de la política europea y contribuir a la adecuada integración política y social del continente, mano a mano con nuestros compañeros del resto de Estados miembros.

Complementariamente con la actividad de otros “centros de pensamiento’’ o think tanks más asentados o profesionales, consta también entre nuestros objetivos constituirnos como un espacio de debate sobre todas aquellas materias relacionadas con nuestro ámbito de actuación, como las Relaciones Internacionales, la Ciencia Política, la Historia o la Sociología. Desde la perspectiva de los estudiantes universitarios y de los recientemente graduados, pretendemos formar un lugar donde llevar a cabo proyectos de investigación académica, así como conformar un puente entre la vida universitaria y la, a veces tan distante, realidad laboral.

Juntos, aunando los diferentes contextos nacionales en una única realidad europea, podemos aportar una perspectiva única y de gran valor, imprescindible para el correcto funcionamiento político de la Unión Europea.

Juntos, podemos verdaderamente reclamar el espacio que nos corresponde en Europa.